MOVIMIENTO LACANIANO - MVD - URUGUAY
  ARTE
 




Arte y Psicosis: un espacio para esos cuerpo "transparentes" 

Locura Histérica - Marina Nuñez 1999

René Magritte - "Diseño"


El artista ve las cosas como son en realidad;
Oscar Wilde

No es necesario creer en lo que dice un artista, sino en lo que hace.

David Hockney (1937-?) Pintor y dibujante inglés.

 

El por qué de la elección de este tema se centra principalmente en buscar la confrontación y así comprender los porqué argumentativos de dos vertientes bien definidas- la que brega a favor de la canónica del Arte y la que plantea una mirada del Arte más abierta- y cuáles son sus pareceres acerca de la producción artística en los pacientes psiquiátricos.  ¿Nuestra concepción de Arte de museo integra la producción del psicótico en lo que llama colección de su arte o no? ¿Podemos decir que hoy en día ya se encuentran planteados los parámetros socio culturales necesarios para poder hablar de inclusión del artista psicótico en el terreno del arte en sí?

¿Será el terreno artístico el espacio “común” habilitante desde lo social, a los derechos del paciente psiquiátrico? La pregunta entonces sería; Sí, es necesario pensar en términos de cálculo y coeficientes del DFH pero también es sumamente importante y quizás mucho más – pues está implicado el ejercicio de la esperanza- el permitir al paciente crear y producir para liberarse en estas praxis.- “Lo que está en juego es recuperar el placer estético del descubrimiento de parte del paciente, y encontrar una nueva compresión de la subjetividad, una veracidad no deducible por lo que la antecede racionalmente. El arte permite inteligir procesos que resultarían inaccesibles a través de métodos positivistas, re-crear herramientas conceptuales y fundar nuevas simbolizaciones liberadoras de las determinaciones subjetivas que apresan al sujeto tanto en los síntomas como en sus componentes inter subjetivos automatizados por las sociedades de consumo….es una forma de ver…que solo es accesible a una sensibilidad abierta a la tensión creativa y a la imaginación estética que emergen del sufrimiento psíquico y social. Apostar a la creatividad humana no solo para superar el dolor, sino para extraer de él un nuevo impulso creador.”[1]El arte quizás será la promesa de un mundo mejor para esos olvidados, “transparentes” de cuerpos, llamados por el sistema los “alienados”.- ¿Dónde quedan estos cuerpos cuando no están “institucionalizados” ni “legalizados” de significacnia por el cánon artístico?

 Ni que hablar que el rol del arte no es banal sino fundamento y pilar de la progresiva (porque aun no ha terminado) "humanización" del hombre. La obra de arte desde el arranque, al partir de su condición de "producto de comunicación", al exigir la participación de, por lo menos, dos interlocutores, en situación de "diálogo" activo, impone una de las características prominentes de lo "humano", la relación social y, consecuentemente, el respeto por el "otro" al no imponer arbitrariamente su poder a través del "habla", ya sea verbal, musical, gráfica, etc.”[2]

 De esta manera la pregunta será: ¿por qué desdeñar en pro de este tipo de a-percepciones calculadoras, la transparencia y claridad concreta de lo que en sí se busca expresar a través de la expresión artística misma? ¿Por qué razón debe pesar más la lógica de sentido de un valor parametrizado que el llamado de auxilio o el grito desgarrado que se exhibe en una obra artística? Tampoco olvidemos que no siempre se trata de tomar contacto con el Otro a través de la obra; muchas veces se realiza con fines “exorcizantes”; pero lo que casi siempre se da es la necesidad de exponer proyectar hacia un “afuera” para extraer lo que no puede perdurar más en el interior.-

Habrá una perspectiva en particular que nos interesa especialmente; la Teoría Emocionalista de Weitz, se basa principalmente en que todo es arte desde el momento en que se halla otro que busca ser transformado en “publico” desde el momento que hay un mensaje que se pretende transmitir a través de la emoción de la obra.-

Creemos que es ésta vertiente la que puede mostrar delicadas vinculaciones del arte del paciente al terreno del arte aunque sea un lugar “marginal” que se le asigne; y eso nos parece trascendente pues en nuestro plano es una de las formas de dar “legalidad” a uno de los derechos del paciente y re-incorporarlo para  luego re-conocerlo a nivel social. Además también es una manera de otorgarle Cuerpo desde lo psicosocial, un espacio-cuerpo donde él se pueda conocer y mirar en un espejo que por mas fragmentado que sea le devuelva a aunque sea un reflejo de otro que está afuera y que toma contacto por meido de la obra, con él. Que sea el arte y su producción la que lo re-signifique y lo dignifique ante un medio que lo segrega lo re-cluye y lo des-aparece desde el momento que no le asigna un sitio es realmente un logro. Muchas veces en el terreno psiquiátrico psicológico, se juega en contra desde el “saber” médico hegemónico, pues se habla de una imposibilidad de trabajo en lo dinámico del psicótico, abortando así todo camino como el artístico y expresivo como medio válido de recuentro del paciente con su mundo interior y de encuentro de estas vivencias con un “afuera” que desconoce o no, esta realidad.-

No queremos caer tampoco, en una apología sin sentido del relativismo ante la psicosis y sus manifestaciones, sabemos que hay “pies” y “cabezas” de las argumentaciones, pero pensamos también que muchas veces en el plano psiquiátrico se ha caído en el otro extremo, que es el del pan- cientificismo y olvidado que hay un cuerpo que necesita expresarse, afectos y sensaciones que buscan ver la luz.- Y recordamos así las palabras de Servieri: “Cuando escribí “Cabrerita” en  unos de los artículos periodísticos que me centré, él decía: “…a mí no me importa lo que hagan con mis obras, si las venden, si las dejan por ahí…a mí lo único que me interesa es pintar para sacarme los bichos que tengo adentro.”[3] En el caso de este pintor uruguayo, se observa claramente qué rol juegaba en su interior el arte; arte como plataforma como instalación como dispositivo a partir del cual podía emanar un “cabrerita” mejor , pero para él mismo. Quizás aquí se encuentre el legado que deja el arte en el psicótico; le dá justamente un CUERPO real donde permite que anide su imaginario y su simbolismo, pero otorgándole consistencia concreta; no solo por medio de lo concreto de la obra en sí, sino a través de la comunicación a la que lo obliga con Otro; con el afuera; con un cuerpo socio cultural; un cuerpo que no está agujereado ni fragmentado como seguramente esté el de él.-

Es más que claro el objetivo “real” del paciente cuando pinta; la mayoría de las veces es buscar  “un posible alivio” que en otras actividades o medios no hallarían nunca dentro de las paredes del encierro. Es así que no buscamos apologizar en pro de una afirmación de la producción del paciente como arte , no buscamos que se la reconozca como “Arte”- con mayúscula- buscamos hallar la forma de demostrar; cuán importante y revolucionario darle ala población psiquiátrica una “brecha” de apertura que reconozca , por ejemplo desde el arte, su existencia y significancia a nivel social. EL buscar el reconocimiento desde lo artístico quizás no pase por apologizar acerca de la belleza sublime o no que halla más en las obras de un psiquiátrico que en las de un “sano”; sino hallar en el Arte –espacio común desde donde todos nos construimos- un camino de legitimidad, donde puedan comenzar a ganar espacio el “loco” en nuestra sociedad y cultura.” El arte en sus diversidad de manifestaciones y propuestas, constituye un componente esencial de las culturas y dentro de cada una de ellas propone investigaciones que suelen integrar componentes sociales singulares y colectivos, concatenaciones intergeneracionales. Una sociedad sin arte y sin artistas es tan difícil de imaginar como una sociedad sin procesos de subjetivación y lazos sociales.”[4]

Finalmente, porque así son las reglas del juego terminamos buscando un “dispositivo” socio cultural que – los fines lo ameritan- que legitime que abra un espacio, desde donde los internos tengan voz y renazcan socioculturalmente dándole a un “otro”. No solo así, curándose ellos, sino sanando-nos una yaga que es la deuda que mantenemos con este grupo silenciado; ellos sanana, nosotros – hoy “afuera”- también.-

Lo principal es que el Arte nos puede permitir acceder a una toma de conciencia de los distintos contenidos y procesos psicológicos del paciente- y a él facilitarle procesos al encontrarse, repentinamente con aquello que crea que lo integra-  a través del lenguaje plástico…a veces, este es el último destello de luz, la última esperanza…y como dice Galeano “con la esperanza no se juega”.-

Aquí no está demás recordar porqué se encuentran hoy luchando las Madres de Plaza de Mayo; su nuevo objetivo para el 2008 ha sido reivindicar al loco del hospicio y buscarle una vida en la sociedad, reinsertarlo activamente dejando atrás el fantasma del “borramiento” de sus derechos humanos que lo transforman en un “desaparecido” más. Así las Madres y Abuelas al igual que han buscado dar luz sobre sus familiares desaparecidos para que emerjan, ahora lo hacen sobre los locos, para que sean “paridos”- al decir de ellas- nuevamente a la sociedad; para que no se queden en un lugar transparente y des-conocido que los transforma también a ellos, en desparecidos sociales que el Estado se da el lujo de promover y auspiciar.- También ello es un tema de cuerpo, ¿Dónde poner el cuerpo de los locos? ¿Qué lugar ocupan éstos cuerpos in-visibles a nivel social? ¿Cómo manejar el cuerpo del loco que se hace presente por medio del arte, en la sociedad? ¿Cuáles son los “peligros” latentes que encierran un medio de expresión que permite la liberación de estos “cuerpos borrados”? En un pasado lejano, tal como lo relata Focault; lo locos eran depositados en la “Nave de los locos” barco que los viajaba a la deriva por el océano; se pensaba que el mar o el principio natural del agua los sanaría y mientras tanto se mantenían alejados de la sociedad en un espacio infinito, “sin espacio” como el océano en toda su inmensidad. Hoy: ¿Buscaremos la forma de construir otra nave? Ó ¿Por medio de la liberación de nuestros demonios internos buscaremos liberar los suyos que también son los nuestros propios?

 

Por un arte para el cuerpo in-existente:

“El Arte es un estadio transitorio en advenimiento de cierto tipo de sabiduría”.

Danto

Sin caer en la canónica del arte, es cierto que no podemos olvidar que el evaluar es en esta circunstancia, “reconocer” dar existencia concreta. Por ello que hallar la forma de pensar la producción artística como un elemento – aunque sea marginal- del terreno artístico (si se quiere “nativista”), es trascendental y decisorio para entonces alcanzar el objetivo latente; el reconocimiento, el apercibimiento de la existencia del “cuerpo” del paciente psiquiátrico a nivel de nuestra sociedad y de nuestro imaginario socio cultural.  Pues en sí, se trata del arte que pueden producir “los vencidos”, “los olvidados”; no el arte de los “reconocidos” los que perduran dentro de la norma los que ingresan la Museo.-  “El sujeto se identifica en su sentimiento de sí con la imagen del otro y la imagen del otro vienen a cautivar en el sentimiento que tiene de su cuerpo”.[5]

Que nuestros pacientes dejen de ser “transparentes” y pasen a tener un cuerpo individual y tambien uno de espacio común, es una realidad que quizás halle eco desde el terreno artístico. Quizás, ojala, quien sabe…. Frente a este enigma hallamos las palabras de Gabriel Peluffo Linari: “Hoy más que nunca el arte está vinculado a los problemas de la antropología cultural –género, etnicidad, identidad, transculturaciones, memorias sociales y personales- y su importancia ya no radica tanto en el juicio erudito sino en sus posibilidades de suturar distancias sociales, de afirmar individualidades y valores simbólicos identitarios en colectividades cambiantes.”[6] Y Leemos a Danto: “Mi ejemplo favorito es el del hombre que se está volviendo loco, dibujando con su cabeza en distintas posiciones unidas por unos círculos quebrados. Nosotros leemos esta imagen como si fuera la imagen de un hombre que enloquece, no como una figura polifacética a la manera de las esculturas hindúes, y ello refiere a la riqueza de nuestra cultura pictórica, que nos ha enseñado a hacerlo así. Si esta imagen se muestra a miembros de una cultura en la que hay otros signos o en la que no existe la necesidad pictórica de representar el movimiento, no la entenderán.”[7]

Pues la idea no es clasificar acorde a escalas de valores y de lógicas de significados al decir de Focault, ya pre hechas; la idea es fundamentalmente elucidar cuánto de terapéutico y curativo puede llegar a ser el espacio propiciado para la creación artística en estos cuadros psiquiátricos, pero no curativo por lo arteterapéutico sino lo arteterapéutico que puede llegar a ser el espacio que se le ceda desde un plano cultural como es el Arte al paciente.- ¿Qué es lo que tienen que “denunciar” la expresión artística del paciente? ¿Qué le aportaría esta creación al imaginario sociocultural? Nos remitimos  a las palabras de Norberto Baliño[8] aludiendo a un concepto de Judith Butler que se denomina “noción de efecto designante”; El arte en sí como instalación designaante y denundciante de un hecho antropológico y socio político, es cuerpo en este sentido tambié. Es un cuerpo que se instala frente a quien sea y denuncia de forma férrea realidades que muchos sistemas buscan desdeñar y olvidar catalogando de “por fuera” de “inexistentes”.-

Muchas veces podemos toparnos con ciertas concepciones “filosóficas-morales”  que no solo son una línea de pensamiento sino también una línea de acción política; no por casualidad uno de los cuestionamientos más feroces que se le hicieron a la acción artística de pacientes psiquiátricos europeos fue durante el periodo fascista nazi, donde se consideró despectivamente este arte llamándolo “arte bruto” por constituirse de creaciones de seres “marginales” de la sociedad entre ellos los locos “degenerados y ladrones”. Nosotros estamos en total repudio con estos planteos que utilizan el arte como herramienta socio-cultural mal implementada, para envenenar con sus políticas fascistas también este terreno. Es por ello que el considerar al loco como incapaz de crear arte no es solo un tema de opinión artística, es fundamentalmente un tema político. Razón por la cual más afirma nuestra línea de pensamiento el hecho de poder ver con buenos ojos al terreno artístico como posible dispositivo de re-significación del lugar socio cultural del loco en nuestra sociedad.  Norberto Baliño se refiere al Arte como herramienta política; “…la práctica artística interviene en la lucha política, no sólo por la acción de una función-autor signada, sino por emplazarse en un territorio ya semantizado construido en base de eventos discursivos: compromiso, genialidad, identidad, memoria, monumentos, etc. A su vez, con el emerger de la obra, se expanden posibles horizontes hermenéuticos, se re significan y crean nuevas territorialidades semantizadas, atravesando -poiesis mediante- el mundo cotidiano. Parafraseando a Deleuze podríamos decir que “en él -en el mundo-vivo- la obra se siente como en su casa”[9]. Tener un cuerpo en todo sentido de la palabra es tambien participar en todos los terrenos socio políticos de la sociedad, pues eso es “existir” estar presentes, ese es el cuerpo que buscamos en lo posible poder darle al que está olvidado, transparente de tanta institucionalización.-

Un arte que desde lo social fomenta la acogida del psiquiátrico en algún lugar de su terreno cognoscitivo es fiel reflejo de una sociedad más justa sensible y democrática políticamente.-Siguiendo a Laing creemos fervientemente en la creación del loco como denuncia, y como producción que hace peligrar de las formas más sutiles pero también más inteligentes, las barbaridades sociales y las injusticias políticas más tremendas en la historia del ser humano.-

Estamos de acuerdo, que desde lo disciplinario desde lo ortodoxamente empírico no podemos designar obra de arte a la producción de un paciente que no cuenta con el academismo y la formación en ciertos aspectos como los técnicos y como los disciplinarios de por ejemplo, pintar diariamente; pero hay ciertos casos donde la genialidad del loco es el elemento catalizador para que su producción nazca a la luz del “museo de arte”; casos comentados por Peluffo como el del brasilero  Vispo[10] - poeta verbal , visual y digital- obra, que según Peluffo se halla a la misma altura de cualquier producción artística de un ciudadano “sano”.- En Realidad con respecto a este “pintor de sonidos”, pues así se autodefine; sabemos que sus obras son puestas para interactuar con ellas; o sea la obra que expresa y se realiza para ser experimentada. Aquí nos hallamos y quizás la semejanza provenga del plano psicopático, con un Cabrerita que al igual que Vispo, alude a la importancia de no pintar lo que se ve, pues eso no tiene gracia, sino pintar lo que se siente desde todo sentido de la palabra “sentir”; desde lo sinestésico más que buscar aproximarse a lo mimético. No la pintura como imitación de la realidad sino como expresión de mundos internos.- “El arte no reproduce lo visible, hace visible"[11]

Pero lo que se deja entrever es que el loco es una ser que “molesta” -nosotros agregamos, su cuerpo y su presencia- socialmente, porque no solo expone sin tapujos –según Le Breton- lo que socialmente no está naturalizado exponer, “…sino que busca formas únicas y geniales de hacerlo”. “En cuanto al “loco” es factor de trastorno, es el que perturba los rituales de interacción, promueve el “juego” donde reina la gravedad de la comunicación social. Los poderes que el cuerpo oculta no pueden conjurarse en la ritualización…el loco hace resurgir lo reprimido no solo lo suyo…”[12] “….; le llega al público en el caso del arte desde lugares inverosímiles mostrando otros mundos posibles y denunciando el tan empobrecido en el que vivismo.-

 

Eugène Delacroix, “Tasso en el Manicomio”: El Cuerpo del Loco y el cuerpo del artista en la obra plástica

 

Delacroix, es considerado por los críticos como un pintor por excelencia del periodo romántico. Con el paso algo realmente singular que fortalece nuestras hipótesis acerca de cuánto hay en el arte y sus cánones de construcciones de parte de los críticos y del público y cuánto de verdadero arte, comprometido con la esencia de la obra misma. Baudelaire, unos de los primeros críticos existentes en el mundo del arte, caracterizó a dicho pintor de romántico ante las declaraciones de él en su época que se autoproclamaba como pintor clásico y conservador. A nosotros hoy nos llega a nuestro imaginario como “romántico” pero ¿Cuál era el sentido real que le daba este artista a su obra? Esto quizás pueda quedar para otro trabajo…Según Rodríguez Serraller: “…la parición de los críticos de arte refiere a un “acompañamiento” casi costumbrista y antropológico de la democratización de las ideas, de las teorías sociales políticas etc.…John Goldin unos de los más importantes crítico inglés del siglo XVIII diría: “La deformación es una visión más penetrante que la realidad”[13]. ¿Qué sugestivo no? Casi una tentación….

Por las características de su romanticismo – a pesar de que lo negara- trató temas como la locura; la obra a trabajar data de aquel artista en este caso un poeta, que cae internado en un Manicomio. No debemos olvidar que el lei motiv de la época data de ir contra el racionalismo, explorar el oscurantismo de las sensaciones y pensamientos más ocultos, la noche como elemento sensibilizador, etc.-

Será así como en el  Romanticismo – más allá que ya se puedan hallar indicios en la filosofía platónica- como se encontrará el punto álgido alcanzado por la fascinación que genera la locura o el delirio como fuente de inspiración artística, lo que llevará además a delimitar el concepto de genio artístico. Ello alude a otro tipo de como el tema de la capacidad de sublimación del artista para crear y de las vías de la misma para proyectarse luego en una producción artística.

No olvidemos que muchas veces, el arte es el único camino de contacto a la vida, y ello también en parte deja entrever una cierta salida de aspirar a una mejora en cuanto a la salud mental. Recordemos el caso de Virginia Wolf, que el día que expresó no poder crear más pues ya no tenía ideas artísticas, se suicidó, entrando sin parar al mar – volviendo quizás así al origen-. Quizás fuera el  arte era el único medio que la mantenía vía y le permitía cierta conexión con su mundo circundante; el día que ya no pudo mantener este vinculo vital, se quitó la vida.- Es recién entonces, que a fines del Siglo XVIII y quizás podría leerse como una reacción ante el racionalismo cartesiano del siglo de las luces, lo irracional y su culto adquiere gran trascendencia, no debemos olvidar el resurgimiento de lo esotérico, lo onírico, la búsqueda de las razones acerca de los deja vú, y la incansable necesidad de hallar razones acerca de lo que explica lo sobrenatural y lo apartado de lo normal.

De este modo la locura se convierte en símbolo del artista, del poeta, es decir del genio creador y sustituye a la  razón –o a la sensatez de la que hablaba Platón como punto de partida para alcanzar un estado de lucidez superior. Comienzan a existir a su vez relacionamientos entre lo sublime como lo existencialmente maravilloso y lo imponentemente aplastante –lo horriblemente-hermoso[14]- y las vinculaciones  con el terreno de la locura como componente de aquello universalmente desconocido y por ende, que mantenía también un halo de infinidad en su esencia, tratándose de un algo que pertenece a un nivel superior.-En 1810 Schiller[15] juega con esta paradoja y habla de la locura como requisito imprescindible de la razón, pero advierte del peligro que conllevaría que el espíritu enfermara. Alude a la locura como “herramienta” de juego y búsqueda artística pero siempre y cuando ésta/esté delimitada y contenida, o sea que no pueda devenir ya en un padecimiento. Esta idea revela una característica importante de la concepción estética de la locura durante el Romanticismo: el delirio que se considera imprescindible para la creación artística no tiene nada que ver con que sea la enfermedad mental en sentido clínico, la esperable. Esto explica la manera que tiene el arte de esta época de tratar el tema de la locura.

Por un lado, el culto a lo irracional y la fascinación por la locura son elementos  de una estrategia estilística del artista considerado “oficial”, que busca dar legitimidad a su inspiración creativa introduciendo una instancia o plano considerado superior “sublime” como es la locura. Terreno que es percibido artísticamente como un espacio trascendental que navega en aquello que se encuentra más allá del entendimiento humano. A su vez la integración de este plano es denominada por el terreno del arte “oficial” como la noción de genio. Y en esta obra que relataremos a través del tipo de posicionamiento de los cuerpos, está planteado el loco recluido, separado del artista que quizás por demasía de genialidad terminó “loco” y recluido también pero sin embargo se expone “distinto”.

 

Tasso en el Manicomio…todo es cuestión de acomodar el CUERPO al medio…

 

En “Tasso en el manicomio”[16], el pintor representa al artista sentado en una celda del manicomio cavilando sobre sus pensamientos; esta obra es considerada como paradigmática sobre el prototipo de “artista melancólico”. Nosotros en nuestras orillas, recordamos al Conde de Lautremount tan melancólico, tan cercano a la visera más fina e incisiva de la presencia terrorífica de la muerte. Por supuesto se identifica también, la sublimidad melancólica, de aquel simple mortal que llega a los límites del mundo y explora con tristeza la finitud de sus acciones; pensamos entonces en los precipicios del alemán Friedrich[17] en obras como “caminante en un mar de Niebla” (1818).-

La obra puede interpretarse de diversas formas: por un lado llama la atención esto del “artista” en el manicomio, como una posible “justificación” y dada de argumentos “entendibles” socialmente acerca de la condición de estar internado en un manicomio, Está en el Manicomio pero no es “loco, loco” es un “artista” loco; o sea ello deja abierto el franco “, era artística y por eso se enloqueció”, que quizás justificaría socialmente más la condición de estar recluido. ¿Es más respetable socialmente el artista que por arte y exceso de creación debió ser internado pues ello lo enloqueció? Transmite la sensación que aquel que “por arte enloqueció” buscando el genio creativo, está más “justificado” y menos culpabilizado de su locura en comparación con el loco que “nació loco”, o simplemente es lo que es por padecerlo.-

En la obra esta como delimitado el terreno entre lo locos realmente locos – sin causas excusatorias para serlo- y el loco que es artista por lo que quizás pese más lo de artista que lo justifica.

Los cuerpos: El cuerpo de Tasso se halla representado de una forma “cavilante”, es un cuerpo que se plantea de modo estéticamente “inteligente”, podríamos decir: Está pensando en sus próximas creaciones, no está desperdiciando su tiempo o no está delirando. La postura no es la un padecimiento. Incluso es tal la “separación” casi visual que logra el pintor entre el artista y el “mundo de la locura” que aparentaría – en función de nuestra era tan posmodernamente iconográfica- una superposición, un montaje de Tasso en esa escena que parece no tener nada que ver con su actitud corporal.

El resto de los enfermos,  se acercan cuidadosamente al “genio” y le miran con curiosidad y respeto, hay un espacio de distanciamiento. Revela lo excepcional del estado de Tasso; él realmente está separado del resto de los “locos”, que no son genios, sino meramente enfermos; quizás el ser “artista” aunque esté loco, es una “designación” que lo salva y lo separa como “distinto”. Incluso llega un momento en que aparentaría, al igual que uno ve en la obra de Goya “EL Inconciente” atormentador, el mundo que “sufre” el artista, mundo inconciente éste; podría percibirse en esta obra el entorno a modo de sueño “despierto”, de padecimiento de Tasso bajo los efectos “enloquecedores” de su genio que estaría representado por ese entorno que el lo podría vivir a modo de “pesadilla. Si fuera la última opción, entonces Tasso también se encontraría delirando.-

No debemos olvidar que en el Romanticismo se buscará rescatar la idealización en sí de lo marginal del loco como herramienta creativa nata y en bruto. Lo que sí sabemos fehacientemente es que Torcuato Tasso en su vida real, vivió un episodio de internación por locura; lo constata la obra, aunque nada sabemos del porqué especifico de su reclutamiento.-Según Planteos de Montaigne, él habría visto en noviembre de 1580, a Torcuato Tasso,”…  que fue encerrado en el manicomio de Santa Ana en marzo de 1579, y no salió hasta el mes de julio de 1586.” [18] Aquí ya está presente la esencialidad de la situación que lo lleva a vivir marginalmente al loco, como asociado a un elemento que en la búsqueda da fomento de la originalidad y autonomía creativa artística. El loco es marginado socialmente y esta soledad -unida a su genio irrefrenable fomentado ambiguamente por la patología sumada al arte y viceversa-; hacen de su situación mental y social una circunstancia única de donde nacen las inventivas artísticas más astutas y auténticas, principalmente porque el loco denuncia en su obra sus críticas al modelo social que lo rechazó. El loco no produce desde las convenciones sociales, produce desde la demanda y la crítica, a partir de estas elabora su denuncia.-

Centrándonos principalmente en el cuerpo; parafraseando a Le Bretón, cabe preguntarse en este aspecto ¿Cuál es aquí la cepa identitaria de los hombres en esta composición? Estos cuerpos representados esgrimen en ellos, sobre ellos una identidad de alguien de “algo”, a nivel social, son sinónimo de algo a nivel sociocultural. Su significancia la tienen expuesta sobre la superficie de sus cuerpos. Tasso está inmaculado en sus vestimentas, incluso pintado en una tonalidad si se quiere más claro de colores; mientras que sus “compañeros” de cuarto se encuentran semi-desnudos y hasta se podría decir “sucios”, pues una sombra lúgubre los “oscurece”, los torna sombra/fantasma (en todo sentido incluso en el Lacaniano) representantes de la oscuridad más oscura y oculta; el “negativo” de la realidad de Tasso; lo que está por detrás pero que también constituye, pues muchas veces sustenta, es “base”. No olvidemos los planteos acerca del genio y la locura en Platón. Los otros locos son la “borra”, lo que queda “En el fondo”, pero que no por ello deja de formar parte de la esencia. ““…hay una falta de valor del cuerpo, convertido (a partir de la era cartesiana) en límite fronterizo ente un hombre y otro. Después de todo, el cuerpo es solo un resto”[19]

 Y volvemos a Le Bretón: “…nada es más misterioso para el propio hombre, que el espesor de su propio cuerpo”.[20] Por otra parte, no debemos olvidar los planteos de Baudelaire acerca de la obra del pintor; lo calificaba como el más moderno de los artistas; y este dato no es menor cuando nos topamos con la individualidad que se expresa en la obra. Tasso está completamente absorto en sus pensamientos en sus vivencias internadas y nada le preocupa de su entorno; Tasso se muestra como un hombre moderno que maneja su cuerpo de forma moderna: “El cuerpo moderno pertenece a un orden diferente. Implica la ruptura del sujeto con los otros – una estructura social de tipo individualista- con el cosmos…consigo mismo…El cuerpo occidental es el lugar de la censura el recinto objetivo de la soberanía del ego….”[21]Por otra parte es claro el porqué de este tipo de represtación, porqué representar la escena de esta forma: el artista por un lado; desea dejar en claro la distinción entre el cuerpo del loco y el cuerpo del artista que cayó en el mundo de los locos. Estos cuerpos son distinguidos entre sí, porque su representación refiere también al lugar que socialmente ocupan. A su vez también puede percibirse eso de la cercanía entre el mundo del arte y la locura el pintor como futuro destinatario del mundo del loco; el mundo del loco dejándole legados al artista. “Las represtaciones del cuerpo y los saberes acerca del cuerpo, son tributarios de un estado social, de una visión del mundo y dentro de esta última de una definición de la persona. El cuerpo es una construcción simbólica no una realidad en sí mismo.”

En cuanto a una dimensión más que construye a la dimensión cuerpo, que es el ROSTRO; Tasso se halla taciturno cabizbajo, casi adormecido, con sus ojos entre-cerrados a esa realidad, quizás negando lo que vive. Según los planteos de Le Breton es el ROSTRO el que da categoría de Identidad y de dominio de un cuerpo; mi rostro me representa es como yo me presento ante otro. Es bien distinguible su expresión de la de los otros internados, que parecen “teatralizar” en sus rostros realidades que no están sucediendo, ríen, hacen muecas, no queda claro si interactúan entre ellos, etc. “Junto al descubrimiento de sí mismo como individuo, el hombre descubre su rostro, signo de su singularidad y de su cuerpo, objeto de una posesión.”[22] 

Cuando nos centramos en el rostro de Tasso; nos encontramos con que; existe en otras obras más contemporáneas una cierta iconografía especial en cuanto a la postura del rostro y del cuerpo de estos particulares personajes llamados artistas o vinculados a ella; En Anexo verán de qué forma la postura corporal y quizás un cierto parecido en la expresión se encuentran en los rostros de Tasso en el Manicomio de Delacoix – la versión que analizamos es la que se llama “Tasso im irrenhause” “Tasso en la casa de los locos”(1836) y la que veremos en Anexos llamada “ Tasso at the Saint Anne Hospital” ( 1839)- en la obra de Van Gaugh “EL Dr. Paul Gauchet” (1890) (que dató de un médico interesado en le arte, mecenas  y con gran interés en la locura); y en la obra de “La demencia de Doña Juana” de  (1867) de Vallés.- Con respecto a Van Gauh este diría de las obras de Delacroixe: «Pero estaría más en armonía con los que Eugène Delacroix intentó y logró en su Tasso en prisión, y muchos otros cuadros, representando a un hombre real. ¡Ah! Los retratos, los retratos con el pensamiento, el alma del modelo en ellos, eso es lo que creo que tiene que llegar.»[23]

EL rostro taciturno, pensativo pero casi hasta melancólico, refleja a ese artista o ese disciplinado que busca acercarse al arte, a través de un camino que es el único que halla; el melodramático si se quiere, ese pensar que absorbe, ese rostro que refleja una identidad que frisa entre el mundo “sano” y ese mundo “enfermo”; ese artista que produce caminando en la cuerda floja; recorriendo el muro limítrofe entre un mundo y el otro. El genio el cavilante que a través de sus pensamientos ideas y reducciones-cuando puede realmente realizarlas- alcanza el efecto “designante” de una realidad a veces más presente en el mundo de los “sanos” que en el otro. Ese ser que es capaz de expresar en su rostro la transferencia que consigue con el mundo de los “locos” y puede además “volver” por medio de una producción artística; que se “sumerge” en la locura en la “demencia”, al decir de Platón y gracias a ello logra expresar la “sublimidad” que otros artistas muchas veces no pueden desde el terreno firme de la “salud” alcanzar.

Es así que la postura de ese cuerpo quizás esté “denunciando” de una forma casi encriptada, a modo de mensajes ocultos, que el hombre moderno ya se estaba aproximando a una era quizás la actual o quizás la que todavía no llegó, en la que estar cercano a la locura, hace a veces “mas cuerdos” nuestros actos a nivel de un mundo para el cual vivir en la descompensación es lo normativizado como “normal”.- De más está decir que nos llamó la atención la cadena de patrones posturales, que informan según le Bretón, de un “patrón postural” de una cierta “forma de acomodar el cuerpo” para los acontecimientos que se aproximan, para lo que esos personajes estaban sufriendo viviendo transitando sobre sus huesos sus carnes sus cuerpos atravesados por el acontecer socio cultural e histórico.- Pensamos en el recién nacido, que en su “alucinación” muy primitiva, pues poco es lo que ve de este mundo; se mueve acorde a esos “espejismos” y postura su cuerpo su piel su sinestesia en función de lo que siente en todo sentido de la palabra. Pensamos en él, porque aquí surge justamente la posturación del cuerpo y el replegar u extender el rostro marcado, determinado “estatuido” por una época una cultura, un sentir los acontecimientos cotidianos y el vivir la vida como quien escribe una historia.

 

 

EL otro, el loco……..el otro loco: su percepción en el arte como institución moderna

 

 “En cuestiones de cultura y de saber, sólo se

pierde lo que se guarda;

sólo se gana lo que se da."

Antonio Machado

 

“El mundo se ha vuelto muestra, se organiza en primer termino en las imágenes que lo muestran. […]…la modernidad se dedica a leer una miríada de signos que se afirman como más reales y que sustituyen a la realidad. Aparece una nueva dimensión de la realidad a través de la universalidad del espectáculo y el hombre se vuelve, esencialmente, mirada, en detrimento de los otros sentidos. Las imágenes se convierten en el mundo, lo simplifican, corrigen sus ambivalencias, reducen las sinuosidades, lo hacen legible…”[24]

Creemos que el tema del arte y sus vinculaciones con la locura también presenta un lado que refiere a cómo conocemos como occidentales modernos/posmodernos; o siendo aquellos occidentales marcados por el hecho de que: lo que no pudo explicar la modernidad, tampoco lo explicó ni lo explica  hoy, la posmodernidad.- ¿ A que aludimos con ello? a que nuestra forma de tomar contacto con, de conocer en sí misma data también de una forma que alude a un discurso taxonómico – al decir de Focault- que refiere a un tipo determinado de clasificación y orden de los acontecimientos de la vida y de las maneras de concebir las instituciones sociales también como el Arte. Es por ello que recordamos a Baudillard diciendo: “La explicación sobre la modernidad y la producción de la otredad, se basa en el acento logocéntrico de la experiencia del conocimiento en donde la definición de una identidad se fuerza al enlazarse a un par opuesto, inconmensurables que se les imponen la noción contraria para reforzar una mismidad. Este concepto partenaire de la mismidad es la proyección que ésta misma abyecta de sí y la produce como un “otro” de manera negativa. Lo que no se es, es lo otro. Y en aquello que se produce como otro existe el dictamen moral y metafísico de la constitución del ser del lenguaje occidental.”[25]

Lo cual alude a un “otro” que parece en esta modernidad/posmodernidad ya despectivamente considerado desde le momento que es ese “opuesto” ese “distinto” ese que se diferencia con nosotros por no ser “nosotros”; ese diferente y distante; ese “marginado” contrincante, etc.- Lo que uno no es, es el y lo otro.- 

En el caso de nuestro trabajo este “Otro” ve su espacio como “el distinto” como “el segregado” desde  el discurso del arte psicopatológico, es el arte hecha por “diferentes” para y producida como “diferente”.- Entonces ¿Es el arte psicótico un arte solo compresible por sus realizadores psicóticos? No creemos esto, pero si podemos percibir un aire de segregación y casi elementos xenófobos con respecto a dicho tipo de creaciones y tal terreno de discursividad.-  EL Arte psicótico creemos claramente, carga sobre sus espaldas no solo la complejidad del campo artístico que todo arte lo sufre – refiriéndonos a los planteos de Bourdieu- sino además, la estigmatización y el sentido casi xenófobo ante ella por estar producida por aquel otro distinto a los demás, con capacidades diversas y perspectivas únicas e inimaginables.- El tema radica en que la otredad siempre será marginal y menospreciada pues es otredad, es desde un vamos desligada por ser diferente; mientras que el arte en sí mismo se continua promoviendo desde la “mismidad” desde el crear entre pares reproduciendo al realidad que nosotros como pares competimos etc.- Ese fenómenos es sumamente complejo y refuerza una de las razones por las cuales no estamos de acuerdo con el nombre “arte marginal” que se asigna al arte de los pacientes. Con el “marginal” continuamos ahondando la brecha cada día más profunda entre “el nosotros los incluidos”/”ellos los segregados y desprotegidos”.-  

Un caso expositivo de estos aspectos es el de Chaissac, pintor que integró el grupo de los “marginales” añadió variadas veces  que a partir del momento en que Dubbufett implantó la clasificación – el orden taxonómico según determinados criterios pre establecidos- de “Art Brut”, él fue borrado del registro de artista debido a que pasó a ser más preponderante que era zapatero rustico que un artística plástico; el recorte discursivo que propició Dubbufett con su clasificación impuesta, desmejoró la producción artística de un plástico antes de ver valorada su obra se vio menospreciado culturalmente y por ende no considerado artísticamente a raíz de su profesión de zapatero. Una clasificación discursivo, el ser zapatero, provocó el sepultamiento del discurso “ser artista” que promovía más salud al paciente y le entregaba a la sociedad un promotor cultural para le bien de otros.-

Entonces nos preguntaríamos ¿Quién determina y qué lógicas de poderes lo aseguran luego, qué es arte y qué no lo es? ¿Qué es arte? y por ende lo que no lo es ¿Qué es? ¿No estamos hablando más que de cánones de “gusto” de  instituciones de poderes y de discursos reguladores acorde a ellas mismas?-

Por otro lado, creemos que las lógicas de sentido impuestas dentro y  a los niveles más íntimos del funcionamiento de las instituciones manicomiales están vinculadas a discursos al decir de Barrán “fonológicos” que solo aluden y hablando consigo mismos, que no permiten una interacción e intercambio con otros discursos conformados a partir y desde otras lógicas de sentido discursivas.-Es como Barrán nuevamente comenta: “... todo esto angostó el espacio que antes se dejaba a la improvisación, el ensueño, el misterio, lo inesperado, lo imaginario, lo creativo (...) este empequeñecimiento de la vida sensual no podía dejar de tener consecuencias sobre, primero, el criterio socio- psiquiátrico de normalidad, y segundo, los comportamientos ahora aceptados y funcionales”[26]

No debemos olvidar que ¿Qué sería de nuestro concepto de “locura” si se le contrarrestara todo a la mecánica económica política moral y social que lo alimenta? A modo de un monstruo, el dispositivo “locura” camina como Leviatán acorde a los diversos ámbitos antropológicos que lo constituyen y lo modulan en su andar y la circunstancia y necesidades del momento histórico. Y Con ello rememoramos a Eco: “En cada siglo el modo de estructurar las formas de arte refleja el modo como la ciencia o sin más la cultura de la época, ven la realidad.”[27] Claro no olvidar que este comentario, se encuentra contextuado en lo artístico mismo; buscando hacer entender que una obra cerrada ya no tiene sentido para nuestra era; y preparando las mentes para la llegada incipiente del arte contemporáneo feroz; pop, etc.-

La pregunta entonces sería: ¿Como lograr nuevos dispositivos -quizás menos segregatorios- puedan contrarrestarrestar fuerzas a dicho “monstruo” fomentando así, el Arte como terreno de promoción de crecimiento del paciente?

 

Conclusiones para volver a empezar…o empezar a hacer algo:

 

Iniciamos dicho trabajo partiendo de la Hipótesis centrada en si el Arte del paciente psicótico puede o no definirme como Arte; dicho trabajo nos permitió de manera muy sucinta, puesto que se trata de un “ensayo”, aproximarnos al terreno del arte desde dos perspectivas diversas como la netamente estética y la artística más abierta centrada en la emotividad y el expresionismo puro. Comprendimos que la idea entonces no se trataba de llevar adelante una investigación centrada en lo evaluatorio ni en la búsqueda de dispositivos a los únicos hechos validatorios de la actividad expresiva del paciente psiquiátrico. Ello hubiese significado caer en los mismos espacios estancos al decir de Focault; los mismos espacios por ende disciplina-rios/od; y continuar a modo de “puerta giratoria” con el pensamiento dicotómico arte-no arte y entonces validar así, lar razones que apoyan una y otra postura. Nos sucedió en parte, y desde nuestro humilde lugar de estudiantes, la instalación del sentimiento frustrante ante una realidad que no debe ser analizada desde una dicotomía “inamovible” y tiesa cada una en su postura; aspecto que también le pasó al Prof. Fló en su discusión con el Arq. Peluffo acerca de las vicisitudes en el Arte. Creemos que sí, la postura canónica y la emotivista –para designarla de esta forma- son dos posturas que como se nombra el libro donde surge el dilema mencionado plantean “Sentidos en-contrados”. ¿Qué significa “encontrar”? “Dar con alguien o algo que se busca. Dar con alguien o algo sin buscarlo. Oponerse a alguien, enemistarse con él. Opinar diferentemente, discordar de otros. Conformar, convenir, coincidir.”[28] En síntesis es del Lat. “in-contra” Hallar algo que no necesariamente debe ser lo que se busca hallar, y ahí está lo mágico. Algo que emerge de la oposición y discusión y causa sorpresa, encontrarse con un “algo” que antes no se había registrado como existente; y por ende al ser “sentidos” son como largas “avenidas” que transitan a lugares diversos pero en sentidos diversos; con diversos lógicas de sentido y por ende diversas significancias.- Ante ello percibimos que no era coherente comprender el fenómeno del paciente que produce artísticamente únicamente desde un único sentido y de ahí “crucificar” al diverso por serlo. Ambas perspectivas tienen sus fundamentos sumamente consistentes en sí mismas; no deseábamos entrar en una lógica binaria de validación si el canon vale “cero” y el “emotivismo” “uno”, entonces todo lo que no sea “uno” no vale. Este tipo de lógicas en estos terrenos no “valen” o pierden su significancia; por lo que nos centramos en comprender cuál de las dos miradas podía aportar más a los derechos del paciente psiquiátrico y lo que éste conseguir cuando produce y se expresa artísticamente.

Comprendimos que indudablemente el arte del paciente psiquiátrico desde una perspectiva netamente estética, que mide lo disciplinario y entre otros elementos el canon y uso apropiado de las herramientas no podía definirse como “arte”.De ahí también proviene el pensamiento del Prof. Fló acerca del arte contemporáneo entendiendo dentro de este los movimientos pop y el arte de tendencia conceptualista como la de Padín entre otros; y dice así: “ Con el pop se agudiza el proceso de “conceptualización” del arte, que había surgido antes con el surrealismo[29] pero que en el pop proviene de la gráfica publicitaria que es esencialmente conceptual y junto a otros fenómenos que le son contemporáneos como la “performance”….marcan el inicio de la desvisualizacion del arte.”[30] El planteo de Fló es ambiguo pero no por ello falto de coherencia y consideración; el advierte que: desde el momento que Arte se abre tan incipientemente al mundo entero se corre el peligro que aquellos que no producen elementos que la alimenten, queden “descubiertos” ante ella. Queden por fuera, excluidos. Pero a su vez se produce a raíz de ellos el fenómeno contrapuesto pero no por ello excluyente con el otro: como el arte la pueden realizar “todos” se corre el riesgo de “…terminar produciendo malos entretenimientos de salón, y pésimos juguetes acompañados de mala poesía.”[31] Así es que no todas las producciones deben “dejarse en libertad” pues no todas están aptas; Excepto si cuentan con un objetivo que cumplir en sí mismas como es el caso de la producción de los pacientes, que más allá de lo interno que movilice ya desde lo arte terapéutico ya está cumpliendo una.- No caer en el relativismo nimio pero tampoco en la segregación arbitraria e incoherente.-

 A un paciente le puede salir muy bien una pintura; y quizás vuelva a pintar y le saldrá mejor; pero esta recurrencia en el acto autodidacta no hace al Arte en mayúsculas.

Debemos confesar que la iniciar el trabajo nos hallamos frustrados pues, pensábamos que sólo y únicamente el arte canónico era el que podía dar la categoría de “arte” a una producción y dijimos: “Entonces…que realidad le queda al paciente. ¿Cómo se sentirá ante este rechazo? ¿Qué sucederá con estos pacientes negados hasta de “cuerpo” desde lo social? Donde quedarán sus cuerpos si ni siquiera son “enterrados” ni siquiera son catalogados, designados, nombrados como “desaparecidos”, pero tampoco se los busca “incluir” ni desde lo físico ni desde lo psíquico. ¿Otra vez entonces, según Le Bretón asistiremos al “cuerpo como desecho”?  Fue en ese momento que emergió la perspectiva más expresionista que por supuesto, maneja ciertas reglas que deben mantenerse pero deja abierta una puerta desde el momento que; a partir del nacimiento del Arte Contemporáneo – comprendida desde esta mirada- puede comprenderse el arte como producción, como denuncia, como instalación, como práctica e  sí misma que busca suturar, curar heridas socio-culturales y que muchas veces no va tras la contemplación sino únicamente tras su consumación; se crea para ser vivenciada, experimentada y de ahí consumada por un OTRO.

Es entonces, que hallamos centrándosenos en dicho punto que: no solo desde aquí la obra del paciente psiquiátrico como dice Peluffo; “…debe ser tomada como la obra de cualquier otro ciudadano”[32]  sino que el paciente, el interno aquel “loco” recluido, halla a través y por medio del Arte un vínculo con la sociedad que lo excluye, que a través de este “puente” imaginario finalmente tiende una “escalera”, un trapecio de donde poder volver a “tomar contacto”. Creemos que no importa si el otro, el loco, argumenta desde su delirio desde su estructura disociada lo que puede llegar a sentir si su obra comienza a ser en parte considerada desde lo cultura; lo que trasciende es que algo movilizó el Otro en él, en su interior que por más menospreciado que esté porque se argumente que no puede abordarse desde lo dinámico; que sea el Arte entonces que movilice este plano en el paciente, que sea el arte que vuelva a darle la confianza a los trabajadores de la salud en cuanto a que debe existir alguna forma alguna vía, para llegar a tomar entonces contacto con el interior del paciente.¿Por qué es válida la “creación desde el inconciente” en un artista que se cataloga de “cuerdo”?  Y ¿por qué es un elemento perturbador este tipo de creación para el paciente psiquiátrico que pinta? Que el puente que tienda la sociedad, mediante la plataforma antropológica y cultural que signifique el Arte; permita que esa mano  que se dignó extenderse  del “afuera” hacia “el adentro” olvidado y segregado; se traduzca en una mano de ese paciente, que busque entonces, tomar contacto con el afuera – y ello incluye con el cuerpo sanitario también- mejorar así la calidad de vida; cambiando “demonios” por más sanas y mejores experiencias.- La Sociedad y el Arte también tienen una misión muy importante que cumplir en la salud psíquica de los “desaparecidos sociales” de aquellos a quienes desaparecimos, de los de cuerpos transparentes.- 

El Loco y el arte son una realidad pendiente de la antropología cultural uruguaya; son una deuda en nuestro imaginario y finalizamos con un pensamiento de Eduardo Servieri sobre “Cabrerita”: “…cuando Cabrerita fue recluido en la colonia Etchepare, fue el inicio de la dictadura…todo el interés que había despertado sobre su actividad artística – más allá de estar hacía años recluido- se disipó…un día se escapó de la Colonia…y nadie se preocupó más por su desaparición porque era el momento de otros “desparecidos” y el momento de otro tipo de “encierros”…el país estaba atrás de otras cosas…”[33]

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



[1] Lubartosky Raquel, Rasia Friedler, VI Jornadas de Psicología Universitaria, “Arte y Psicología”,

ED Psicolibros, Abril de 2003 FAC. de Psic.Udelar, pp. 454

[2] Padín, Clemente; “El hombre, el arte y la naturaleza”; Revista “ESCANER CULTUTRAL”, Agosto del 2000, pp. 16.-

[3] Entrevista a Eduardo Servieri sobre la vida de “Cabrerita”, Ver Anexos.-

[4] Lubartosky Raquel, Rasia Friedler, VI Jornadas de Psicología Universitaria, “Arte y Psicología”,

ED Psicolibros, Abril de 2003 FAC. de Psic.Udelar. pp. 453

[5] Lacan, Jacques, “Seminario I”, Ed Paidós, 1975. pp. 435.-

[6] Fló, Juan, Gabriel Peluffo Linari, “Los Sentidos encontrados”, ED Brecha, Mdeo, 2007, pp. 65. Las negritas y subrayados son nuestras

[7] Danto, Arthur, “El final del Arte”, ED. Eudeba, 1984, pp. 36.-

[8] Baliño, Norberto, “El arte como racionalidad vivencial compartida”, Coloquio: “Guernica y al exposición de Paris de 1937” Dpto de Historia del Arte.-   INEBA UDELAR Nov. 2007

[9] Ídem, pp. 4.-

[10]Peluffo Linari, Gabriel, Entrevista realizada el 4 de Nov de 2007; pp. 1 Ver Anexo.-

[11] Klee, Paul  Diarios 1898-1918. Madrid, Alianza Editorial, 1993

[12]Le Breton; “Antropología del cuerpo y la modernidad”, ED Nueva visión, Bs. As. 1990, pp. 138.-

[13]Calvo Serraller, Francisco, Actual Director Museo del Prado; Coloquio Centro Cultural de España; Septiembre 2007.-

[14]Malpartida, Daniel, “La Experiencia estética desde el psicoanálisis relacional”, Rev. “Complexus”, ED Síntesis, Stgo. De Chile, 2004.- pp. 30

[15] Schiller, Friedrich “Cartas sobre la Educación Estética del Hombre”, ED Antrophos, 1990.

[16]Ver obra en ANEXO Icónico Pictórico NOTA 1.-

[17] Friedrich, Caspar “Caminante en un mar de nieblas” 1818, Hamburgo.-

[18] Montaigne, Michael de, “Ensayos”  París, Casa Editorial Garnier Hermanos, 1912, Vol.2, Nota Nº630.-

[19] Le Bretón, David “Antropología del cuerpo y la modernidad”, Ed. Nueva Visión, Bs AS 1995, pp. 61 Cáp. II “En las fuentes de una representación moderna del cuerpo; el hombre anatomizado”.-

[20] Le Bretón, David “Antropología del cuerpo y la modernidad”, Ed. Nueva Visión, Bs AS 1995, pp. 7 Capítulo Introductoria.-

[21] Ídem, pp. 8. Deseamos explicar que creímos pertinente la cita, más allá de que sabemos que el concepto “moderno” en este caso del autor, está implicado como sinónimo de “posmoderno” de acuerdo a lo hablando en las clases. Pero sabemos que tanto en la modernidad incluso en sus principios como al día de hoy continuamos viviendo nuevas versiones del individualismo inicial que se mantienen desde un principio.

[22] Ídem, pp. 22.-

[23] Van Gaugh, Cartas de 1831 en Christa von Lengerke, “Los maestros de la pintura occidental” Cáp.: Del Impresionismo al Art Nouveau”  Ed. Taschen, 2005, pág. 522

[24] Le Bretón, David, “antropología del cuerpo y la modernidad”, ED nueva Visión, 1995 BS AS. Cáp. 10 “Los jeroglíficos de luz; de las imágenes médicas al   

     imaginario del cuerpo”, pp. 193.-

[25] Baudrillard, J. “El crimen perfecto”. Barcelona Anagrama, 1996, pp. 110.-

[26] Barrán, J. P. “Medicina y sociedad en el Uruguay del novecientos” Vol. 3. ED. Montevideo 1992, pp. 151

[27] Eco, Humberto; “Obra abierta”, ED Ariel, Barcelona 1991, pp. 355.-

[28] Diccionario Real academia Española, 2007.- N del T.

[29] Nota: Que se inspirará en el concepto de “objeto de creación” acorde a la definición freudiana.-  

[30] Fló, Juan, Gabriel Peluffo Linari, “Los Sentidos encontrados”, ED Brecha, Mdeo, 2007, pp. 78

[31] Ídem, pp. 79.-

[32] Peluffo, Linari, Entrevista, Ver Anexo Nota 2.-

[33] Servieri, Eduardo, Conversación Telefónica mantenida previamente a la entrevista del 11 de Noviembre 2007, Ver Anexos Nota 4- 

 

Adriana Savio

Br. Psicología

IPA Filosofía

 

 

 
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